lunes, 16 de febrero de 2015

Entrevista a Luis Eduardo García





- ¿Para qué escribir?

Personalmente escribo para posicionarme de una manera más sólida ante el mundo. Para convertir los torpes esbozos del pensamiento en conceptos más o menos claros. Cuando escribo relleno huecos, pongo cosas sobre los espacios en blanco.
Claro que escribir poemas es distinto. Rara vez me han aclarado algo, al contrario, suelen opacarlo todo. Escribo poemas para liberar un exceso, cierta negatividad que se mueve como bacterias en mi cabeza. Sin la escritura sería un tipo malhumorado y hosco (Freud baila en su tumba). Eso en principio. Después tengo muy presente un fragmento de Steiner: “el lenguaje es el instrumento que tenemos para negar el mundo”, instrumento que generalmente se utiliza para reafirmarlo, claro, pero siempre guarda una potencia destructiva. La manera en que disponemos de esa herramienta define si somos individuos que problematizamos/dinamizamos nuestra relación con las estructuras políticas, éticas y económicas o si decidimos dejarlo todo tal y como está. Me gusta pensar que escribo para fabricar pájaros llenos de explosivos que estallarán luego cerca de alguien y lo sobresaltarán.  Pero también cabe la posibilidad de que mis supuestos kamikazes sean sólo pollitos de colores que morirán a los dos días de nacidos. 


- ¿Desde dónde te planteas la hechura de un poema? 

Últimamente sólo puedo plantearme la escritura de un poema como parte de una serie, de algo más extenso. Para escribir necesito construir la estructura conceptual que sostendrá el entramado textual de lo que voy a realizar, lo que supone actualizar mi noción de los elementos que pueden conformarlo.  Eso me da la pauta para seleccionar los materiales con los que trabajaré. Una vez que lo hago, todo lo que escribo tiene una calibración similar durante el tiempo que dura mi proyecto. Suena demasiado maquinal, pero en realidad es más inestable de lo que parece. El azar termina siempre irrumpiendo en mis planes como un velociraptor.

- ¿Crees que la escritura representa plantearse un proyecto temático? 

Hablando de un poema, pienso que el tema es sólo un potenciador, lo interesante ocurre después. Es decir, puedes perfectamente arrancar teniendo claro que escribirás sobre la reproducción de los caracoles de agua dulce, pero en realidad eso significa muy poco. Lo que importa es saber cómo vas a trabajar el texto ¿Qué tono requiere?, ¿qué ritmo?, ¿cómo generarás las tensiones que lo mantendrán en pie?, ¿buscarás una forma estable o inestable?, ¿abrirás paso al lirismo o vedarás esa posibilidad?

- ¿Es posible escribir sin influencias de otros escritores? 

Imaginemos que es posible. Primero tendríamos que haber sido criados en una cabaña lejos de todo, nacido durante una misión espacial o ser parte de una familia de náufragos. Pero entonces, lo más probable es que lo último que se nos ocurriría es tomar una pluma y escribir (a menos que nuestros padres tuvieran un ejemplar, digamos, de Moby Dick, que desde luego nos volaría la cabeza, y después de eso escribiéramos una novela en la que irremediablemente resonaría la voz de Melville, y de paso, de Hawthorne).

Pretender escribir sin influencias es simular que nuestras ideas son obra exclusiva de nuestro ingenio. Estamos día con día —consciente o inconscientemente— asimilando a otros y transformándolos. Escribir es y ha sido siempre formar parte de un proyecto colectivo. Incluso el más simple de los textos está poblado de múltiples voces y fantasmas.

- ¿Qué piensas del uso de la palabra “generación” para delimitar ciertas inclinaciones estéticas?

Para efectos prácticos es impagable. Es más fácil meter a veinte autores en un bloque que analizarlos por separado. Pero en realidad hay algo que falla en esa clase de reduccionismos: las singularidades se cancelan (lo mismo ocurre con nociones como Poesía Mexicana, Poesía Latinoamericana, etc.). El hecho de compartir una realidad social en una etapa vital similar, con todo lo que eso implica, no significa que las escrituras tengan demasiado en común, más allá de algunas coincidencias obvias. Una generación no es un cuerpo, es muchos cuerpos, e incluso tumoraciones sobre esos cuerpos. Si José Eugenio Sánchez y Mario Bojórquez pertenecen a la misma generación, entonces podemos suponer que la fecha de nacimiento no es la mejor opción para agrupar a los poetas.

- ¿La  poesía es algo fugaz?

Tengo cuatro respuestas para eso:
a)    Lo que sabemos acerca de la poesía es una distorsión.
b) 
La poesía es un cesto vacío que puede ser llenado con n cantidad de basura.
c)
La poesía se encuentra en constante cambio, de manera que intentar determinar sus cualidades es siempre impreciso. Un ejercicio desfasado.
d)
Todas las anteriores y ninguna. 
 
- ¿Técnica o inspiración?

Inspiración, por supuesto. Y esencias. Escribir desde las entrañas. Escribir llorando. Y pararrayos celestes. Invocaciones. Misterio. Y delicadas musas. Heridas que no cierran. Y el oficio de arder. Revelación. Epifanía. Y una máquina del tiempo que nos lleve al siglo XIX, Marty.






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